El concepto arquitectónico del módulo de Brixto está enfocado en crear una experiencia visual divertida, enérgica y fácil de identificar. Utiliza una paleta de colores cálidos y vibrantes —como el naranja, rojo y amarillo— que transmite dinamismo y alegría, al mismo tiempo que refuerza la identidad de la marca. Los gráficos grandes y envolventes, junto con un logotipo iluminado, logran captar la atención desde cualquier ángulo, generando un punto de venta memorable y llamativo dentro de centros comerciales o zonas de alto tránsito.
El diseño del módulo combina texturas contrastantes, como el mármol oscuro en la superficie y una base con lamas verticales que aportan ritmo y volumen al módulo. La iluminación LED integrada en la base del mostrador y en los letreros acentúa las formas y da un aspecto moderno y profesional. Todo el espacio está pensado para ser funcional, rápido de operar y altamente visual, asegurando que el cliente relacione el diseño con una experiencia alegre y sabrosa.